Hoy una amiga me ha hecho feliz. A pesar de los miles de kilómetros que nos separan nos hemos comunicado y hemos conversado amablemente. Me hacía falta a mí levantar el ánimo y ahí estaba ella para levantarme la moral. Le agradeceré eternamente su gesto. Y lo hizo sin pedirme nada a cambio. Mil gracias, gran amiga. Hoy encaro este viernes con alegría y con la esperanza de que tendré una excelente jornada. No hay nada como una voz amiga animándote y dándote su apoyo. Gracias, gracias, gracias.
Por lo demás espero pasar este día mirándole de frente y buscando el lado positivo de las cosas. Huiré de los cenizos, que nadie me lo amargue. A pesar de que siempre hay gente que merecerían la horca por fastidiarte lo que debería ser alegría y ganas de vivir. Yo tengo un familiar ya fallecido al que maldigo por la vida que me dio y cómo me explotó. Yo trabajaba para él gratis y nunca tuvo un detalle de agradecimiento o de cariño. Nunca me quiso. Para lo único que me quería es para que cargara con cajas y trabajara sin salario, ni Seguridad Social ni ningún tipo de gratificación. Hay mucho empresario como mi maldito tío. Solo buscan el lucro personal y pasan como una apisonadora por encima de todo con tal de llenarse los bolsillos sea como sea. Por eso me acuerdo de él y de toda su parentela. Así se esté pudriendo en el infierno. Hay que erradicar a este tipo de gentuza de la faz de la tierra. Me quedé con ganas cuando estaba en vida de no haberle dado dos hostias. Lo que siento no haberlo hecho. Merecería que diera su nombre para que todos recordaran a un sinvergüenza como él.
Pero no quiero que él sea el protagonista de este artículo. Quiero vivir la primavera. Si es que viene de una vez, claro. Todos queremos que llegue el buen tiempo pero se hace la remolona y todavía reina el fresco. En fin amigos y amigas que seáis felices. Saludos.